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La economía del Espíritu

Del número de enero de 1950 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


En el Manual de La Iglesia Madre, Mary Baker Eddy aconseja a los miembros de la iglesia que manejen sus asuntos con sabiduría, economía y amor fraternal (Art. XXIV, Sec. 5). ¿Cuál será la economía a que ella se refiere? Sin duda alguna la verdadera economía debe ser siempre espiritual y por tanto práctica en el sentido más alto de la palabra. Debe proceder de Dios, el Principio divino, pues de lo contrario no se relacionaría con la Ciencia divina. Procediendo de Dios, no puede acarrear ni un vestigio de materialidad, es decir, ningún proceso o modo de pensar materialista. Debe ser infalible, universal, y estar siempre disponible.

Cristo Jesús, nuestro gran Mostrador del camino, dijo (Juan, 4:35): “¿No decís vosotros que hay todavía cuatro meses, y entonces viene la siega? He aquí, os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, que ya están blancos para la siega.” Con esta declaración Jesús trató de despertar a sus discípulos de la apatía en que se hallaban en cuanto a su concepto de la actividad. La actividad humana es siempre limitada y difiere toda realización; cree en procesos, en el tiempo y en los éxitos personales mediante una mente personal, en tanto que el Maestro trató de demostrar que la cosecha, o realización del bien, es alcanzada solamente a medida que la naturaleza espiritual de la existencia es comprendida. El sabía que Dios es la sola causa de la existencia, y que esta causa y su manifestación, el hombre y el universo, son enteramente buenos ahora mismo.

La economía, según el concepto humano, se refiere al prudente manejo ya sea de una casa, de un estado, de los asuntos de una iglesia o de la producción y distribución de las riquezas materiales. Se refiere además al ahorro de tiempo, dinero u otros recursos. De modo que se describe a cierta persona o a una cierta acción como económica o antieconómica. La economía humana se ha convertido en un problema mundial que cada año se complica más. En su nombre, se presentan como soluciones las nuevas ideologías, las cuales aparecen y desaparecen como las modas.

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