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Siempre hay suficiente Espíritu para que nos levantemos y vivamos

Del número de marzo de 1986 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


La mayoría de nosotros hemos leído sobre el triunfo de lo que llamamos el espíritu humano. Estos relatos intensamente conmovedores puede que se refieran a la supervivencia o a la superación de enormes escollos en la vida cotidiana. Pero, por lo general, sacan a relucir en nosotros un gran amor y un deseo de expresar más espíritu. Nos hacen sentir profundamente el interés que tenemos en que todos los seres humanos se realicen en la vida y que experimenten el bien.

Para quienes estudian Ciencia Cristiana
Christian Science (crischan sáiens), el espíritu, o la inspiración, tiene una importancia indudable. Saben que el espíritu del Cristo, que ilumina al pensamiento receptivo, es lo que establece la diferencia entre la enfermedad y la salud, entre la preocupación por sí mismo y la libertad de amar.

Pero lo que el mundo generalmente denomina espíritu, parece ahora estar bajo ataque. En muchos países, la opresión se considera como algo normal. La dureza de corazón y la manipulación despiadada parecen ser cada vez más comunes en los negocios, el gobierno y la religión, aun en el “mundo libre”. El materialismo sostiene agresivamente que todo puede reducirse a la materia; y nuestro corazón se desespera a causa de esto.

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